martes, 29 de enero de 2013

¿Debemos confiar en la impresión a primera vista?

Somos así. Echamos un vistazo y ya lo tenemos!, ya hemos encasillado al individuo. Las investigaciones de John Bargh de la Facultad de Yale demuestran que nuestro cerebro solo emplea dos décimas de segundo para formarse la primera impresión. Esa sensación no viene de nuestro córtex. No surge de nuestra parte racional, sino de la amígdala, una entramado sesudo que da cuenta de nuestras sensaciones. No es una conclusión lógica y pensada, es más bien una sensación instintiva que vuelca nuestro corazón hacia un lugar u otro. Si programáramos a un androide para que clasificara a las gentes, probablemente lo diseñaríamos para que reco­­gie­­ra el máximo de documentos antes de sacar una conclusión. A nosotros nos programó la evolución, y no lo hizo así justamente. En el momento que nuestros ancianos se encontraban ante un forastero, su cerebro debía decidir lo más rápidamente factible si era peligroso o no, de ello dependía su existencia. Si sus neuronas hubieran dedicado mucho tiempo a obtener información, posiblemente la decisión habría llegado de­­ma­­siado tarde. Así que estamos cableados para llegar a un juicio veloz basado solo en unos detalles. Si ante un extraño , algo de su figura nos re­­cuerda instintivamente a alguno que nos perjudicó en un pasado, seguramente nos sentiremos intimidados. Puede que nuestra sensación sea atinada o puede que no. Seguramente sea una sencilla peca la que nos genera esa extrañeza. Bromas que emplea la evolución. Lo aventurado del tema no es solo que nuestra primera impresión puede ser totalmente errónea, sino que es harto definitiva. Marca sobremanera las apreciaciones posteriores. Tanto, que apenas tomamos en cuenta si las informaciones siguientes apuntan en otra dirección. Robert Lount de la Paraninfo de Ohio realizó un ensayo mediante un videojuego de rol. El jugador jugaba con otro que en realidad era el ordenador. El virtual colega (el ordenador) traicionaba a los jugadores. A ciertos, los traicionaba al comienzo, a la mitad, y a otros, al final. Los que se sentían engañados al origen no confiaban más en sus irreales compañeros, cosa que no ocurría si eran traicionados a la mitad. Es más, en el momento que al final del juego se les preguntó qué impresión les había provocado su compañero, si habían sido traicionados al comienzo, las impresiones eran mucho más dañinas que si habían sido vendidos a la mitad o al final. Estos resultados apuntan hacia algo que ya sabíamos: si alguno nos engaña de entrada, difícilmente volveremos a confiar en esa persona empero, si lo hace cuando ya ha conseguido nuestra confianza, probablemente no la perderá. El orden es clave, lo primero decide. Psicólogo en Valencia.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Los parados también sufren estres post-vacaciones

Los cesantes igualmente sufren el síndrome postvacacional , al sinónimo que los trabajadores en activo , según confirma la psicóloga Raquel Molero , doctora del Máster en Psicología Clínica y de la Salud del Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP) . Y no solo lo sufren sino que se amplifica al unirse la reaparición de asueto , tiempo en el que se rompe la práctica con días de orilla , asador con los forofos , etc . con los pesares de ineficacia y culpa al volver a ser conscientes de la situación en la que se encuentran . Pueden asomar afectos de destierro al ver como los otros vuelven a la costumbre , nociones de incuria , apatía y ansia que pueden corromper a la vida familiar o de pareja , avala Molero .

Recuperar la costumbre ordinaria se consigue con una buena planificación del tiempo , combinando los momentos deaveriguación de empleo con espacios para ciertos entretenimientos del veranillo (pasar un momento tomando el sol , hacer untentempié o leer un libro) . Raquel Molero decide que una buena dieta y la rutina de adiestramiento son aún comprensivaselecciones para rehuir este síndrome .

martes, 3 de julio de 2012

Psicólogos de más de 40 paises estudian el estres laboral en la crisis.

Se estan dando casos de estres producidos por la ansiedad que sienten los trabajadores para intentar demostrar a cualquier hora a sus jefes que son elementos válidos para la empresa y que no se puede prescidir de ellos. El estar siempre pensando que han de ser los más productivos de cara a los demás por si se producen despidos, para que no les afecte, eso provoca un stress adicional al trabajo diario.

Además, la imposibilidad de poder cogerse baja laboral por el miedo al despido "justificado" hace que el ambiente laboral sea aún más propicio para favorecer estos estados de ansiedad entre los trabajadores.

martes, 3 de abril de 2012

Punto de encuentro de experiencias sobre psicologia en valencia

Este blog pretende ser un punto de encuentro entre aquellas personas que tengan experiencias sobre problemas tan comunes como la depresión, ansiedad, estrés. Nos interesa centrarnos en problemas sobre depresión en valencia que puedan ser tratados por psicólogos de Valencia en especial, mediante tratamientos de psicoterápia en la depresión.

Espero que con el tiempo, vayamos compartiendo experiencias sobre estos temas y todos aprendamos algo.